¿Qué es el Inicio Rápido?
A partir de Windows 8 y Windows 10 Microsoft incorporó una función de inicio rápido que básicamente lo que hace es copiar el Kernel, los drivers y otros elementos básicos que utiliza Windows para funcionar en el disco durante el apagado. La ventaja de esto es que el inicio va a ser mucho más rápido porque no tiene que cargar todos estos componentes desde cero.
Problemas con Inicio Rápido
El problema viene cuando hay, por ejemplo, algún error en un driver o en algún servicio de Windows y al no reiniciarse desde cero puede darnos pantallazos azules y fallas en el funcionamiento del equipo. Por eso si les pasa que a veces tienen este tipo de problemas sería una buena idea probar desactivar esta función y quizás lo solucionen.
En mi caso, si miramos el administrador de tareas vemos que figura como TIEMPO ACTIVO más de 4 días de funcionamiento de la computadora, cuando en realidad todas las noches queda apagada. Esto es porque toma el tiempo desde la última vez que se reinició en forma completa.
Prueba de Velocidad
Para ver si vale la pena utilizar esta función hice una prueba de velocidad con la opción activada y desactivada para ver la diferencia.
El resultado fué que con el inicio rápido activado el tiempo de arranque fué de 14 segundos y con esta opción desactivada fué de casi 20 segundos.
Desactivar Inicio Rápido
Para desactivar esta función debemos ir al MENU INICIO -> PANEL DE CONTROL -> Sistema y Seguridad -> Opciones de Energía.
En la ventana que se abre buscamos del lado izquierdo «Elegir la acción de los botones de inicio/apagado» y después «Cambiar la configuración no disponible actualmente«.
Allí se nos habilitará la opción ACTIVAR INICIO RAPIDO, la cuál podremos activar o desactivar. Luego guardamos los cambios y reiniciamos el equipo.